Mensaje en una tarjeta


Cuando falla la comunicación, todo lo demás falla. Si no podemos comunicarnos bien es muy difícil hacernos entender y que nos entiendan. Os lo cuento, porque le ha pasado a una amiga. Hizo varios cursos de masaje y por fin se decidió a emprender su propio negocio dando masajes a domicilio. Fue donde un amigo que sabía algo de diseño y le pidió que hiciera una tarjeta. El chico se la hizo como ella le había pedido, puso una imagen del rostro de una mujer muy bonita, a la derecha, muy sensual es verdad, pero sin ninguna malicia, es decir, que no daba pie a otra interpretación.
Y a la izquierda, un poco más grande que el resto de las demás letras, a manera de título, escribió: Masajes.
  Al reverso de la tarjeta colocó a una mujer acostada boca abajo con la espalda desnuda, rodeada de los servicios, las diferentes clases de masajes y los números de teléfono, dos móviles. 
Muy chula la tarjeta, en tonos lilas y con fondo blanco,mandó a imprimir, se las entregaron, repartió las tarjetas y esperó. De las seis llamadas que tenía a diario, cuatro era para saber si el masaje tenía final feliz.
"Pero qué pasa con estos tíos, -decía mi amiga, enojada- están salidos? No leen ? ..no ven que son masajes terapéuticos. ¿donde está escrita la palabra sexo en la tarjeta?".
Me senté con ella a revisar la tarjeta y analizar su contenido. Hicimos un aprueba con varios hombres,en este caso, y la mayoría interpretó las fotos, como si fueran de un negocio de sexo: el rostro de la mujer guapa y atrás, el torso desnudo.
¿Qué pasaba? A
l parecer todos leían la palabra masaje (estaba mas grande), veían las imágenes, no leían la letra más pequeña y pensaban que se trataba de masajes con sexo al final. Nadie leía la parte en que se decía que eran masajes terapéuticos, medicinales, etc.
La segunda vez que hizo tarjetas, en lugar de la imagen, lo que primó fue el texto y ya no hubo tanta confusión. Nada de rostros ni espaldas desnudas.
Cuando vamos a darnos a conocer o que conozcan nuestra empresa, tratemos de ser directos, concretos y sinceros, no dar pie a otras interpretaciones. Colocar en letras que se vean lo que hacemos y un poco más destacados nuestros teléfonos o dirección. Tampoco satures. No cuentes toda la historia de tu negocio, nombra lo más importante, lo que quieras que las personas recuerden.
El dibujo, el diseño, la distribución, la textura, todo influye en una buena tarjeta, por eso repito,  no atiborres ni satures ese pequeño espacio. Lo mejor que puedes hacer es que mires tu tarjetero, escojas unas cuantas que te hayan gustado y trata de que te diseñen una con lo mejor de cada cual. Si tienes un logo, mejor y escoge un fondo claro, el mejor, sin duda, el blanco. Si escoges otro, observa que las letras se puedan leer.
 La tarjeta es nuestra carta de presentación, es una oportunidad de conseguir un cliente.