La Reina Sofía fue la clave


Si habéis observado bien vuestro barrio o vuestra calle, habréis visto que los negocios que han florecido durante esta crisis han sido los de estética, -pelus y centros de uñas-, y las fruterías. Es decir, hay más centros de uñas que antes y mucho más clientes por supuesto, para manicura y las uñas en gel y acrílico. En otras palabras, España ha dado un paso enorme en lo referente a las uñas, en comparación a otras partes del mundo.
España es hoy un país referente gracias a ese impulso enorme que han tenido la manicura y las uñas en gel.
Muchas veces me han llamado de Estados Unidos, Colombia, Brasil y otros países para preguntarme cuál fue el momento definitivo en esta etapa, en qué instante se dio ese paso enorme, cuál ha sido el detonante para esta gran impulso que ha tenido el negocio de las uñas.
 Pues les cuento que ha sido un proceso lento. Si comparáis lo que había cinco años atrás con lo que hay hoy, la diferencia es enorme. Pero si queréis tener un momento exacto, preciso, diría que fue el día de la Pascual Militar de 2014, cuando doña Sofía, aún reina, se pintó las uñas de rojo con figuras blancas. Un escándalo para quienes nunca antes habían visto a la reina saltarse el protocolo estético, pero para nosotros, para la manicura, fue el espaldarazo, el empuje definitivo que necesitaba el sector de las uñas en este país.
 La reina marcó tendencia. Para mí, y para muchos expertos también, la manicura comienza una nueva etapa en España a partir de este momento. Pero hay que reconocer que ha sido un proceso. Nada que ver por ejemplo con la moda del esmaltado permanente que comenzó en el otro extremo del mundo y al poco rato lo teníamos ya aquí.
Sólo me resta decir, gracias Reina, gracias doña Sofía, ese gesto estético suyo, ha convertido a España como uno de los referentes de las uñas.